Ojo seco

El ojo seco constituye una de las principales causas de consulta de Oftalmología. 
El 50% de los pacientes de 50 años presentaran algún grado de ojo seco; a los 70 años, ya será el 70 % de los pacientes.

La mayoría de los pacientes con este diagnóstico presentan algún signo relacionado con la enfermedad de las glándulas de Meibomio y su control continúa siendo un problema.
Las compresas calientes y los lavados con agua caliente darán alivio temporal, pero debe ser mantenido en el tiempo y controlado por el oftalmólogo.
Otro enfoque es la expresión de las glándulas de Meibomio, la cual es molesta y por lo general necesita realizarse más de una vez; el sondeo quirúrgico de esta sea una alternativa a utilizar.
Los tratamientos instaurados hasta ahora se enfocan en antiinflamatorios, antibióticos, lagrimas, pero el origen de muchos de estos padecimientos está en la obstrucción crónica parcial o total de las glándulas de meibomio. Esto determina un camino hacia la atrofia progresiva y sin retorno de las glándulas.
El síndrome de ojo seco es un problema crónico y progresivo que afecta la calidad de vida de los pacientes, cuya frecuencia va en aumento y constituye uno de los motivos más importantes de consulta. Es una alteración multifactorial de la unidad funcional lagrimal que trae como resultados síntomas de disconfort y alteraciones de la agudeza visual, y como hechos fisiopatológicos establece la inestabilidad de la lágrima, el aumento de la osmolaridad y la inflamación.

Síntomas de la enfermedad superficial ocular

Entre los síntomas comunes de una enfermedad de la superficie ocular se pueden incluir:

• Borde del párpado enrojecido, irritado.
• Picor en los ojos.
• Ojos llorosos.
• Sensación de un cuerpo extraño (se siente como algo en el ojo).
• Sensación de tener arena o arenilla en el ojo.
• Ardor o escozor
• Visión fluctuante
• Dolor en los ojos

¿Cómo se trata la enfermedad de la superficie ocular?

Dependiendo de la severidad de la enfermedad de la superficie ocular, podemos indicar higiene de párpados, lágrimas artificiales de distintas características y antiinflamatorios. En casos más severos, se necesitarán medicamentos recetados para ayudar a mantener la visión clara y cómoda.